Esto es una breve descripción de aquel trágico accidente que ocurrió un 8 de Septiembre de 1989 en nuestra ciudad, en aguas del río Paraná, cuando se dirigían un grupo de bailarines y músicos para realizar una actuación en el Club Juventud.
Al llegar dicha delegación a la ciudad bajaron algunos equipamientos en el Club y fueron directo a un estudio de radio y desde allí partieron en el mismo micro trece personas, entre ellas diez músicos, dos choferes y un bailarín.
El encargado de la puesta en escena de “La delegación” le dijo a ellos antes de salir hacia la radio: “miren que los quiero aquí a las 18:30 para ensayo general, eh?”.
Mientras cantaban, generaron un clima hermoso entre los músicos que estaban tocando en la radio, los operadores y la gente, que sin avisar, alguien trajo una cámara y comenzó a filmar todo lo que estaba aconteciendo en ese momento.
Ya habían pasado las 19:30 horas y se estaban retrasando para hacer la prueba de sonido e iluminación; terminaron la audición en la radio, se abrigaron y subieron todos al micro
Al poner en marcha el micro muy antiguo y maltrecho, uno de los músicos vio que había en el tablero una luz roja encendida, lo cual esto indicaba alguna falla que posteriormente se supo que marcaba la falta de aire en el compresor, ya que éste, se había descargado en su totalidad a través de los pulmones de freno que estaban pinchados.
Llegaron a la esquina donde debían girar a la izquierda para retomar la calle Buenos Aires, pero una camioneta mal estacionada les impidió la maniobra.
El chofer, colocó entonces la trompa del vehículo en la bajada, trabando por precaución la rueda delantera derecha contra el cordón de la vereda. Luego en reversa, intentó retroceder un par de metros, pero al acelerar el motor a pleno, no consiguió salir de la bocacalle.
Ante lo infructuoso de los intentos, uno de ellos dice: “esto no va a subir marcha atrás, demos la vuelta por abajo y salimos por la otra calle”. Obviamente, nadie, excepto el chofer, sabía de la falta de presión en el compresor.
El chofer, creyendo que esa bajada se transformaría luego de unos metros en terreno llano, destrabó la rueda delantera para continuar la marcha por esa calle. Ya en los primeros metros del recorrido, el micro fue tomando una aceleración inusitada, y la primera curva de la pendiente ya la tomó fuera de control, balanceándose hacia los costados. ¡¡¡Los frenos no funcionaban!!!
El pánico se generalizó entre los gritos de los que estaban dentro, diciendo: “¡¡¡Éste colectivo no tiene frenos!!!” “¡¡¡Éste colectivo no tiene frenos!!!”.Esos gritos, sumados a los gritos de terror de todos los que iban arriba del micro y el fragor de los neumáticos rodando a toda velocidad y que fue lo que más impresionaron a los testigos presenciales de la caída, alcanzando una velocidad de 104 km
Luego de unos 300 metros de carrera desenfrenada, el colectivo despegó el tren delantero del suelo, volteó una palmera, y con las ruedas traseras derribó la baranda de la costanera. Un par de segundos antes de iniciar el vuelo por el aire, uno de ellos grito:“¡nos vamos al agua!”.
La altura que verticalmente separó el punto en que el micro abandonó la bajada, de la superficie del agua, era de aproximadamente 15 metros.
El peso del motor inclinó la trompa del micro hacia abajo, haciendo que este cayera en zambullida vertical contra el agua. Al impactar, estalló el parabrisas y el agua irrumpió violentamente al interior, impidiendo a los choferes despegarse de sus asientos
Mojón y placa en el lugar de los hechos
En aquel accidente se ahogaron Daniel “Yacaré” Aguirre, quien era recitador y presentador de conjuntos chamameceros; Joaquín “Gringo” Sheridan, gran bandoneonista y acordeonista del Grupo Reencuentro, Miguel Ángel “Michel” Sheridan, hermano de Joaquín y gran ejecutante de la guitarra y excelente voz; “Chango” Paniagua, guitarra y voz del conjunto “Trío Corrientes”; Zitto Segovia, cantautor de la “Nueva Trova” del Chaco, y Jhonhy Behr, percusionista de Zitto.
Salvaron sus vidas, logrando escapar del colectivo, Carlos Miño, César González, Ricardo Scófano, Ricardo “Tito” Gómez y Cacho Espíndola.